Tuesday, November 18, 2025

Dotar de alma a la IA


Cultivar valores humanos en tiempos de algoritmos.
Una nueva disciplina promete que la ética deje de ser una instrucción externa para convertirse en una arquitectura interna visible, desafiando así el histórico hermetismo de la "caja negra" de la IA.

 Por Ricardo Trotti

Miami – 2 de octubre de 2025 (Ensayo paralelo a mi novela “Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad”).

 Le pedimos que nos guíe en el tráfico, que traduzca idiomas desconocidos y que redacte correos o informes que luego defendemos como propios. Aceptamos incluso sus alucinaciones como verdades, la consultamos por una erupción en la piel, por el “mal de ojo” o por nuestro futuro económico. Y hasta nos sorprende que nuestros hijos conversen con ella como si fuese un amigo más.

La Inteligencia Artificial Generativa (IAG) se volvió una presencia cotidiana, un copiloto al que cedimos el volante de nuestra vida con entusiasmo y miedo a la vez, porque no comprendemos del todo a qué nos exponemos. Su expresión más visible son los Modelos de Lenguaje de Gran Escala (LLM), como ChatGPT, Gemini o Copilot, capaces de redactar, responder preguntas, traducir y actuar como consejeros o confesores.

Ese temor alimenta debates en universidades, en juntas de desarrolladores y en parlamentos que intentan regular una fuerza que avanza más rápido que nuestra capacidad de comprenderla.

El presente de la IA en el espejo del futuro

 

Quiero agradecer a June Erlick, editor-in-chief de la prestigiosa ReVista, Harvard Review of Latin America, por haberme invitado como colaborador de esta edición con una nota sobre mi novela Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad y como esta ciencia ficción del futuro se comunica con nuestro presente atravesado por la IA.
Este es el enlace: 


Monday, November 17, 2025

El español en EE.UU.: Un idioma que derriba muros y abre caminos

Por Ricardo Trotti (8 de mayo de 2025 – publicado Por Cuadernos de Periodistas de la Asociación de Prensa de Madrid) -- Corría el verano de 1976 cuando aterricé en las vastas llanuras de Dakota del Norte como un joven estudiante de intercambio. Jamás imaginé que me convertiría en un puente lingüístico para los trabajadores golondrinas, aquellos hombres y mujeres de origen mexicano cuyo trabajo en los campos de remolacha alimentaba la central azucarera del pueblo. 
Aunque la tierra les brindaba sustento, el español, por sí solo, aún no era la llave para superar las barreras de comunicación y las limitaciones que enfrentaban a diario.
 
Tiempo después, a principios de la década del 80, mi vocación me llevó a Washington D.C., al corazón de un país que comenzaba a sentir con fuerza el latido de la nueva inmigración. En las páginas de El Pregonero, un periódico que daba voz a los recién llegados, cubrí el arribo de miles de centroamericanos que buscaban una nueva vida en el barrio de Adams Morgan. En aquellos días, el Centro Católico Hispano -dirigido por el ahora cardenal Sean O’Malley, entonces un cura con español perfecto- se erigía como un lugar de encuentro y esperanza.
 
En ese entonces empecé a observar el profundo cambio que se estaba gestando. Aquella comunidad de 11,5 millones de hispanos de 1976 crecía a un ritmo vertiginoso en todo el país. Hoy, cincuenta años después, la población hispana, diversa en orígenes, alcanzó los 65 millones de personas; pasó de ser la primera minoría del país a transformarse en la segunda población de habla hispana del mundo después de México.
 
Una década después me asenté en Miami, donde trabajé en El Nuevo Herald, uno de los diarios en español de mayor relevancia. Y en esta ciudad, donde resido desde hace más de 30 años, pude apreciar la riqueza migratoria y su diversidad de orígenes, donde la usual influencia de la diáspora cubana (establecida desde la generación Peter Pan de los 60 hasta el Mariel de los 80) se fue enriqueciendo con la llegada de colombianos, argentinos y venezolanos. La masiva ola inmigratoria de las últimas cuatro décadas demuestra que Estados Unidos se ha beneficiado de las crisis políticas y económicas de sus vecinos del sur, marcadas por la pobreza, la corrupción, la inestabilidad y la inseguridad. También remarca que las nuevas oleadas han traído consigo talentos y habilidades, pero, sobre todo, algo invaluable e invisible a simple vista: cultura e idioma.
Esta valiosa importación de hispanidad y español no es nueva para el país, data de mucho antes de que las trece colonias estadunidenses declararan su independencia de Inglaterra. Desde la llegada de los primeros exploradores y colonos españoles en el siglo XVI, el idioma de Cervantes se extendió tras la fundación en 1565 del asentamiento de San Agustín, en la Florida, y de la Luisiana española entre 1763 y 1803. Sin embargo, el mayor cambio surgió después de la guerra con México entre 1846 y 1848, tras la cual Estados Unidos anexó territorios mexicanos, como California, Texas, Nuevo México, Arizona, entre otras áreas. 

Noticias falsas y democracia: la gran oportunidad

 
Por Ricardo Trotti (Artículo de Ricardo Trotti publicado en el libro “Fake News: ¿amenaza ante la democracia? (Miami Dade College), Autores, Luis Almagro, César Cansino, Ricardo Trotti y Asdrúbal Aguiar. Publicado en 2020 por Editorial Jurídica Venezolana, Internacional).
 
La desinformación es nociva para la salud institucional y la vida individual y social, así como el fraude electoral es perjudicial para la democracia.
 
Los “hechos alternativos”, la “postverdad” y las noticias falsas son nuevos calificativos de viejas mañas. En los nacionalismos eran la estrategia de la propaganda, como la repetición de mentiras que pregonaba Goebbels en el nazismo. En las dictaduras eran la “verdad oficial” que se instauraba por decreto. En los populismos son parte del relato emocional para adulterar la verdad, así sean datos sobre pobreza o inflación como manipulaban el kirchnerismo y el chavismo. El periodismo tampoco está librado de ellas.

Fueron el nutriente del sensacionalismo que nació hace más de un siglo tras la guerra por mayores audiencias y más influencias entre Joseph Pulitzer y William Hearst. Las mentiras estuvieron en tiempos bíblicos y sobrevivirán siempre porque el mal y el bien son esencia del ser humano.
 
El futuro luce poco halagüeño. Las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial, la realidad aumentada, las nanotecnologías, la computación cuántica, la encriptación, más allá de estar concebidas para el bien, como el internet, también son usadas para fabricar y distribuir engaños con mayor sofisticación de lo que se hizo hasta ahora.
 
El ex fiscal de la trama rusa, Robert Mueller, demostró que con el operativo ruso Laktha las fake news pueden ser fabricadas con facilidad y ser una pieza sustancial del arsenal propagandístico de un país para atacar a otro, sin necesidad de derramar balas o sangre.
 
Gran oportunidad
El panorama es complejo, asusta, pero no es sombrío. Y hay que abrazarlo con optimismo. El debate sobre noticias falsas ha creado mayor conciencia sobre la verdad y la rigurosidad en la creación y distribución de los contenidos, así como sobre la relevancia del buen Periodismo.

Libertad de prensa y calidad democrática

Por Ricardo Trotti
Miami (Junio 2020) - A pesar de que hace 30 años que en América Latina se ha recuperado la democracia, persisten en el continente problemas básicos que generan desconfianza en las instituciones y evitan el pleno desarrollo de la región: corrupción e impunidad; inseguridad y pobreza; y límites a las libertades, entre ellas, las de prensa y de expresión.
 
El sometimiento del Poder Judicial al Ejecutivo, un Congreso que negocia leyes partidarias sin el norte del bien común y una libertad de prensa que se aprecia como obstáculo y no como contrapeso y fiscalizadora de la gestión pública, evidencian la debilidad democrática y el autoritarismo, tal lo revelan las encuestas sobre percepción año tras año.
 
También es evidente que un grupo de gobiernos populistas que emergió en la última década, desde que Hugo Chávez asumió en 1999 - y que fueron contagiados por éste - ha contribuido en gran parte al deterioro de la libertad de prensa. Una medición reciente de la organización no gubernamental, Freedom House, muestra este declive y describe con alarma como los estados autoritarios, incluida Venezuela junto a Rusia e Irán, no solo son más represivos, sino, más influyentes en la arena internacional.


Y aunque en los últimos meses el ciclotímico péndulo político latinoamericano haya empezado a rotar más hacia el centro, con presidencias como las de Laura Chinchilla en Costa Rica, Sebastián Piñera en Chile, Porfirio Lobo en Honduras, Ricardo Martinelli en Panamá y Juan Manuel Santos en Colombia, todavía persiste una imagen deteriorada de la libertad de prensa que fue calando en la población como si se tratara de un derecho que no es humano y que solo refleja los intereses económicos y monopólicos cuyas intenciones son golpistas y desestabilizadoras.

La guerra ideológica en el internet

Por Ricardo Trotti - Lima, Perú (28 de setiembre de 2010) - El internet está cambiando los hábitos de la humanidad. Desde que comenzó su desarrollo masivo en 1990, viene modificando conductas, relaciones, comunicaciones, la gente elige conectarse a la red antes que dormir, hacer deportes o “estar sin hacer nada”, y hasta formas de hacer política, propaganda o delinquir.
 
Hablando de no dormir. El presidente Hugo Chávez comenzó sus twitter el domingo antes de las 4 de la mañana y terminó a las 3:40 del lunes, según pude ver en su cuenta Chavezcandaanga, donde ya tiene cerca de 882 mil seguidores; está en el puesto 289 en el mundo y entre los políticos es el más popular después de Barack Obama con 5 millones 531 mil. Pero Chávez solo sigue a 19 personas o entidades mientras Obama a más de 700 mil.
 
Esa es tal vez la diferencia en la concepción que tiene del Twitter, al que usa meramente como agente de propaganda, no en forma interactiva, como fue concebido.
Sus tweets reflejan perfectamente su estilo. Desde las 6 de la mañana llamó a cargar en el frente de batalla, a demoler a la oposición, a vencer, citó a Bolívar y sus lanzas, a cargar de nuevo, venceremos, la victoria siempre y finalmente el lunes, escribió: “dicen los escuálidos que ganaron. Bueno, sigan ganando así”.

Media development in Latin America

How the U.S. Government should redirect its efforts

By Ricardo Trotti

Fellow (2012 – 2013)

Weatherhead Center for International Affairs

Harvard University

May 1, 2013

In its historical relation with Latin America - marked by agreements and disagreements regarding policy and economy in the last 100 years - the U.S. government never thoughtfully included media development and media literacy as part of its strategy to promote democracy in the region.

 Since the creation of the Voice of America (VOA) in the presidency of Franklin Roosevelt, to the Alliance for Progress and the U.S. Agency for International Development (USAID) in the administration of John Kennedy; to the creation of the National Endowment for Democracy (NED) during Ronald Reagan’s term, to the National Security Strategy of George W. Bush; American governments had nuances in their tactics to promote democracy, guided by pragmatism, the defense of its national interests and maintaining leadership in the world.

 The strategy on the promotion of democracy was changing over time according to the interests of each government. Many times it was about humanitarian, as well as electoral training, and empowerment of civil society. Other times, it was part of the U.S. Doctrine of National Security to fight communism, imposing friendly governments through military interventions, coups, economic pressures and covert operations by the Central Intelligence Agency (CIA).

 Media development programs (donor support for strengthening the quality, independence and sustainability of the news media) were always small components within the overall strategy of promoting democracy. These programs often served to further the interests of the U.S. Government rather than help develop media in a country, as with Chile and Nicaragua in past decades.

Dotar de alma a la IA

Cultivar valores humanos en tiempos de algoritmos. Una nueva disciplina promete que la ética deje de ser una instrucción externa para conver...